miércoles, 16 de mayo de 2012


Pandillas, Guerra y Paz fue una serie de televisión colombiana. En su primera temporada tenía como tema central la historia de las pandillas latinoamericanas donde se presentan atracos, dramas familiares, homicidios y muchas otras historias. También contaba la historia de un grupo de jóvenes que debido a las circunstancias se ven obligados a formar parte de este mundo. Un sacerdote y un policía se involucrarán en estos grupos llevándolos al desarme, convirtiendo esa historia en un programa con un mensaje claro y coherente de solidaridad y reconciliación.
El mensaje que nos quería transmitir el programa, pandillas, guerra y paz, era un mensaje educativo, mostrando la realidad de los jóvenes que deciden unirse a pandillas, las cuales según lo que mostró el programa, conducía a los jóvenes a la delincuencia.
También hay una invitación para los jóvenes a alejarse del mundo del consumo de alcohol y sustancia psicoactivas.
El programa muestra, con el espíritu de reflexión y enseñanza, una realidad en la cual los jóvenes se inician en el mundo oscuro de las drogas hasta convertirse en peligrosos vendedores y a medida que pasa el tiempo se van convirtiendo en los líderes de sus propias pandillas. No solo los hombres son protagonistas de esta historia; las mujeres también son parte importante en el desarrollo y funcionamiento de estos pequeños grupos juveniles al margen de la ley, y se convierten en piezas manipulables para lograr sus planes. La posición de la Iglesia, representada en la figura del personaje Padre Manolo (Julio Sánchez Coccaro), muestra la preocupación por llevar a cabo campañas y actividades, con el fin de alejar a los jóvenes y prevenir a sus padres, en las diversas formas de reclutamiento de las pandillas.
Revela los complejos problemas de una sociedad sin oportunidades pero que lucha por salir adelante a pesar del miedo y de las amenazas o peligros. Por tal motivo es muy importante que la historia de estos jóvenes pandilleros se vea en compañía de un adulto responsable, que los guíe al ver la realidad en los diferentes capítulos de Pandillas, guerra y paz.
En la historia también se ven situaciones en donde  el facilismo y desmotivación por la educación llevan a los jóvenes a seguir los malos pasos de la delincuencia  como  es presentado en la serie. La intención comunicativa principal era mostrar la realidad de los jóvenes, con el fin de prevenir estas conductas, pero lo que no se esperaban los productores era que este programa en vez de prevenir empezó a incitar a los jóvenes a repetir lo que veían en la serie.
Entonces se empieza a ver en la sociedad principalmente en los estratos 1 y 2 que por lo general son barrios de escasos recursos y donde su nivel de educación no es muy alto una generación de jóvenes alimentados con conductas delictivas, incitados por la pereza y por ver en el programa lo fácil qué es ganarse la vida como un delincuente, lo que generó una oleada del  fenómeno del “pandillismo” lo que en pocas palabras es un grupo de jóvenes los cuales se reúnen con el fin de cometer hechos ilegales, convirtiéndose en una especie de “capos de barrio”.
Ahí es cuando nos damos cuenta que la intención comunicativa se deformo y lo que generó fue un efecto boomerang, es decir  el efecto contrario a lo que se esperaba.

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