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El mensaje que nos quería
transmitir el programa, pandillas, guerra y paz, era un mensaje educativo,
mostrando la realidad de los jóvenes que deciden unirse a pandillas, las cuales
según lo que mostró el programa, conducía a los jóvenes a la delincuencia.
También hay una invitación
para los jóvenes a alejarse del mundo del consumo de alcohol y sustancia
psicoactivas.
El programa muestra, con el
espíritu de reflexión y enseñanza, una realidad en la cual los jóvenes se
inician en el mundo oscuro de las drogas hasta convertirse en peligrosos
vendedores y a medida que pasa el tiempo se van convirtiendo en los líderes de
sus propias pandillas. No solo los hombres son protagonistas de esta historia;
las mujeres también son parte importante en el desarrollo y funcionamiento de
estos pequeños grupos juveniles al margen de la ley, y se convierten en piezas
manipulables para lograr sus planes. La posición de la Iglesia, representada en
la figura del personaje Padre Manolo (Julio Sánchez Coccaro), muestra la preocupación por llevar a cabo campañas y
actividades, con el fin de alejar a los jóvenes y prevenir a sus padres, en las
diversas formas de reclutamiento de las pandillas.
Revela los complejos
problemas de una sociedad sin oportunidades pero que lucha por salir adelante a
pesar del miedo y de las amenazas o peligros. Por tal motivo es muy importante
que la historia de estos jóvenes pandilleros se vea en compañía de un adulto
responsable, que los guíe al ver la realidad en los diferentes capítulos de
Pandillas, guerra y paz.
En la historia también se
ven situaciones en donde el facilismo y
desmotivación por la educación llevan a los jóvenes a seguir los malos pasos de
la delincuencia como es presentado en la serie. La intención
comunicativa principal era mostrar la realidad de los jóvenes, con el fin de
prevenir estas conductas, pero lo que no se esperaban los productores era que
este programa en vez de prevenir empezó a incitar a los jóvenes a repetir lo
que veían en la serie.
Entonces se empieza a ver en
la sociedad principalmente en los estratos 1 y 2 que por lo general son barrios
de escasos recursos y donde su nivel de educación no es muy alto una generación
de jóvenes alimentados con conductas delictivas, incitados por la pereza y por
ver en el programa lo fácil qué es ganarse la vida como un delincuente, lo que
generó una oleada del fenómeno del
“pandillismo” lo que en pocas palabras es un grupo de jóvenes los cuales se
reúnen con el fin de cometer hechos ilegales, convirtiéndose en una especie de
“capos de barrio”.
Ahí es cuando nos damos
cuenta que la intención comunicativa se deformo y lo que generó fue un efecto
boomerang, es decir el efecto contrario
a lo que se esperaba.
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